Hoy os vamos a hablar de la ciudad de la música, Viena, la capital de Austria.
Nosotras estuvimos dos-tres días, según como se mire. Llegamos desde Praga en tren, medio de transporte que utilizamos para hacer nuestro tour Praga-Viena-Budapest, muy recomendable.
*Como pagar:
En esta ciudad se puede pagar con euros, por lo que no tuvimos ningún problema para ello, aunque aún así puedes usar tu Bnext, de la cual ya te hablamos en nuestro post de Praga.
*Cómo moverse por la ciudad:
Nada más llegar cometimos la novatada de coger un tranvía, nos pareció muy caro y un lío eso de validar, más si vas en un grupo y el recorrido es corto, tardas casi lo mismo en sacar los billetes y validarlos que en llegar. Después de ello, como estuvimos en un apartamento bastante cerca del centro, lo hacíamos todo a pie.
*Qué ver:
Otra cosa que no nos salió según lo pensado fue el tour, no os recomendamos Pragueando, funcionan fatal.
Primer día:
El primer día llegamos ya por la tarde por lo que pudimos aprovechar solo unas poquitas horas para empezar a conocer la ciudad. También aprovechamos este día para probar la famosa tarta Sacher.
El primer día llegamos ya por la tarde por lo que pudimos aprovechar solo unas poquitas horas para empezar a conocer la ciudad. También aprovechamos este día para probar la famosa tarta Sacher.
Catedral de San Esteban.
También puedes subir a una de sus torres para contemplar las vistas y sus espectaculares tejados. Te recomendamos la torre que no tiene ascensor, es decir, la torre sur, sus vistas son mejores.
Vistas del Museo Albertina de noche.
Tiene unas vistas espectaculares de la Ópera.
Segundo día:
Palacio Imperial de Hofburg.
Entramos en su interior y conocimos la historia de la realeza austriaca, si te gusta la historia, es una visita obligada.
Iglesia San Carlos de Borromeo
No entramos en su interior, pero merece la pena verla por fuera.
Palacio Belvedere.
Se trata de un complejo residencial al que merece la pena acercarse, es de los sitios más originales y curiosos de Viena.
Calle de los paraguas.
Tercer día:
Palacio Schönbrunn.
Su interior es muy bonito, aunque el audioguía es prácticamente igual al del Palacio Hofburg. Si queréis acceder a su interior, recomendamos que vayáis a primerísima hora o con las entradas compradas.
Prater.
Un parque de tracciones espectacular, con atracciones de lo más originales, la entrada al recinto es gratuita y ya luego eliges tú a que atracción quieres subir. Nosotras por falta de tiempo nos quedamos con las ganas de montar en cosas.
Cuarto día:
Solo estuvimos por la mañana y aprovechamos para ir al sitio que nos faltaba.
Ópera Estatal de Viena.
Al tener unos horarios muy concretos para la visita guiada, única forma de conocer su interior, lo tuvimos que dejar para el último día. Los horarios podéis verlos en un cartel que hay en el exterior y ya organizaros cuando ir. Os lo recomendamos, nos encantó, aunque al ser época de vacaciones nos quedamos con ganas de ver una ópera en directo, se puede acceder ella yendo una hora y media antes de que empiece y verlo de pie o arriba del todo por unos 4€.
* Dónde comer:
Los que probamos que más nos gustaron:
Café Sacher.
En el hotel Sacher, la típica tarta Sacher como su nombre indica, que aunque creemos que es carísima, es algo que hay que hacer. Cola para entrar, a pesar de ya estar entrada la tarde, al principio nos dijeron que no nos podían sentar a las cinco juntas, al final si que nos sentaron en la misma mesa, bastante liosas las opciones de menús que tienen... conclusión, algo que no volveríamos a repetir, con una vez en la vida es suficiente.
Si quieres probar una de las comidas más típicas, el schinitzel, un escalope de cerdo o de ternera, este sitio es una gran opción.
Blumenwiese
Un plan chulo para tomarse algo después de tanto caminar, una pequeña "playa" a los pies del río Danubio para relajarse en las tumbonas.
Coffee&Friends.
Si estás cerca del palacio Belvedere y necesitas recargar pilas... aquí te sirven un café gigante, que aunque en Viena casi todos son de gran tamaño, nos gusto mucho y su atención.
Veganista.
Helados naturales y veganos, perfectos para los intolerantes a la lactosa y riquísimos.
Si estás cerca del palacio Belvedere y necesitas recargar pilas... aquí te sirven un café gigante, que aunque en Viena casi todos son de gran tamaño, nos gusto mucho y su atención.
Veganista.
Helados naturales y veganos, perfectos para los intolerantes a la lactosa y riquísimos.
Cualquier duda o curiosidad que tengáis...
no dudéis en poneros en contacto con nosotras.
¿Seguimos viajando?
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